Más sobre la RTRS y sobre el modo de producción actual de la soja
¿Qué es la Mesa Redonda de Soja Responsble RTRS?
La Mesa Redonda de Soja Responsable es un foro entre múltiples partes interesadas: la industria y ciertas ONGs. Estas partes, se encuentran hace ya 5 años elaborando estándares para definir la soja "responsable". Entre los miembros de la RTRS se encuentran las grandes corporaciones que operan comercialmente la cadena de la soja: ADM, Cargill, Bunge, Rabobank, BP, Shell, Unilever, Monsanto, Syngenta y Ahold (hasta un total de 69 empresas). Cabe destacar que los pequeños agricultores no están representados en la RTRS y que no hay participación de organizaciones indígenas. De 15 ONG´s, sólo dos desempeñan un papel destacado dentro de la RTRS World Wildlife Fund WWF, una gran organización ambiental y Solidaridad, una organización holandesa de desarrollo. Ambas han sido repetidamente señaladas por ayudar en este contexto de la RTRS a crear el “maquillaje verde” o la apariencia de sustentables y ecológicos a los negocios de la industria de la soja.
¿Qué tiene todo esto de la soja que ver conmigo?
Los impactos del modelo económico que nuestro modo de vida consumista y globalizado se imponen tanto en los países del Sur, como en los del Norte. En el Sur se está despoblando el campo e industrializando la agricultura. Los monocultivos avanzan generando destruccion y violencia de los derechos fundamentales de la población. Tambien en el Norte, las granjas familiares decrecen por que no pueden aguantar la presión económica ni competir con los grupos industriales. Mientras, los consumidores quedamos expuesto a alimentación barata pero de muy mala calidad, con alto contenido de agrotóxicos y aditivos transgenicos.
¿Puede la soja hacerse “responsable” y “sostenible”?
La soja producida por métodos agroindustriales en un continente, es utilizada como forraje para alimentar a los animales de la megaindustria en otro continente. Estos animales se viven sólo viven encerrados. El monocultivo industrial de soja no es ni puede nunca ser responsable ni sostenible. Los impactos de los monocultivos de soja son devastadores. Para producir soja, se importan a estos países cada vez más pesticidas y maquinaria que expolian rápidamente los suelos. El 99% de la soja argentina, el 92% de la soja paraguaya y la mitad de la soja que se produce en Brasil es transgénica. Situaciones similares se dan en Uruguay y Bolivia. Las extensas discusiones y debates de esta Mesa Redonda de Soja Responsable, se han mostrado muy lejanas y poco sensibles a los graves impactos de este modelo y a la realidad rural en los países del Sur. Por ello, no se espera que paliará ninguno de los graves impactos provocados por la expansión de la industria sojera.
La soja y el genocidio campesino
El modelo de producción de la soja impacta a la población de diferentes formas: excluyéndola, empobreciéndola y enfermándola. Las poblaciones que habitan las cercanías de las plantaciones son literalmente fumigadas con pesticidas y venenos altamente tóxicos, desde avionetas o vehículos terrestres. También es frecuente el desplazaminento de poblaciones de sus lugares de arraigo, por la falta de trabajo, el acaparamiento del espacio e incluso con métodos violentos cuando se impone resistencia. El desplazamiento de las poblaciones implica su exterminio y colateralmente el fin de culturas, tradiciones y modos de vida.
La soja y el territorio
El espacio sobre el que se extienden las plantaciones de soja era anteriormente utilizado por las poblaciones para la producción de alimentos, para la ganadería, o se encontraba ocupado por diferentes ecosistemas como bosques naturales. En todos estos entornos subsistían diferentes poblaciones: comunidades rurales, indígenas, pequeñas ciudades. La soja no respeta soberanías ni fronteras. Se extiende arrasando todo lo que se encuentra en su camino.
La soja y el medio ambiente
Debido a la complicidad de algunos gobiernos, las empresas del agronegocio industrial se apropian de la naturaleza y en aras de obtener beneficios económicos la destruyen. La soja es la causa de la devastación de suelos, de deforestación, de contaminación de ríos y acuíferos, de desaparición de biodiversidad, de expoliación del patrimonio natural y de eliminación de la agricultura familiar que alimentaba a las poblaciones.
La soja y el cambio climático
Los promotores de la soja dicen que debido al modo de siembra directa, esta contribuye a la mitigación del clima al secuestrar carbono. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: la soja contribuye negativamente al cambio climatico por el muy alto consumo de insumos químicos (plaguicidas y fertilizantes en algunos casos nitrogenados, emisiones por cambio de uso de la tierra, como sucede con la deforestación, por citar un ejemplo). Además, debido al modo de cultivo industrial, intensivo, se produce compactación de los suelos. Los cultivos transgénicos también se presentan falsamente como solución productiva frente a las sequías o como oportunidad de “adaptacion de la agricultura a las nuevas condiciones climaticas”. A estas críticas deben sumarse el intenso tráfico vial, fluvial y marítimo para el transporte y comercialización, que conllevan emisiones de gases efecto invernadero que también deben ser incluidas en cualquier cálculo.