Glifosato: Bayer se tambalea

14 ago 2018

El precio de las acciones de Bayer se desploma: en Estados Unidos, un tribunal condenó a la empresa a pagar casi 290 millones de dólares en daños y perjuicios por el dolor y sufrimiento causado.

Un ciudadano estadounidense que sufre un cáncer incurable conocido como linfoma no Hodgkin (cáncer de los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco) demandó a la multinacional que produe el herbicida glifosato. Y en Brasil, un tribunal federal prohibió el uso de glifosato en millones de hectáreas de maíz y soja transgénicos.

Las acciones del grupo Bayer experimentaron una fuerte caída en la bolsa. En el momento de la apertura del lunes, las acciones se desplomaron un 12 por ciento. La razón se encuentra en dos sentencias judiciales que cuestionan el modelo de negocio del gigante químico.

Monsanto, actualmente filial de Bayer, tendrá que pagar casi 290 millones de dólares en concepto de indemnización por dolor y sufrimiento a un ciudadano estadounidense que padece un cáncer incurable. Después del fallo de una corte de San Francisco, la indemnización fue concedida a Dewayne Johnson, ex conserje, quien rociaba los agrotóxicos RoundUp y Ranger Pro en los patios de las escuelas durante años para eliminar la maleza.

El hombre, gravemente enfermo de cáncer, achaca su sufrimiento a los herbicidas que contienen el glifosato de Monsanto. "Nunca habría rociado el producto en los patios de las escuelas o en el entorno de las personas si hubiera sabido que les estaba haciendo daño", explicó Johnson durante la vista.

El jurado consideró que Monsanto "actuó con malicia u omitió información”.

"Finalmente pudimos mostrar al jurado documentos secretos internos de Monsanto que prueban que Monsanto ha sabido durante décadas que..... el Roundup puede causar cáncer", dijo también el abogado de Johnson, Brent Wisner. El fallo envía un "mensaje a Monsanto de que los años de engaños sobre el RoundUp han terminado y que deben anteponer la seguridad del consumidor a sus beneficios".

En los EEUU, hay una ola de demandas contra el fabricante Monsanto. Miles de agricultores han demandado a la compañía por cánceres raros asociados con el uso de glifosato. Monsanto anunció inmediatamente que apelaría el veredicto.

Ya en 2015, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer IARC de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el glifosato como "probablemente cancerígeno". Bayer adquirió recientemente Monsanto por aproximadamente 63.000 millones de dólares.

En Brasil, un tribunal federal de la capital ha suspendido los permisos para el uso de glifosato. La agencia de salud brasileña ANVISA debe llevar a cabo ahora una reevaluación toxicológica del glifosato. Brasil es el principal consumidor de productos que contienen glifosato, junto con los Estados Unidos.

El herbicida total Roundup se aplica en los aproximadamente 40 millones de hectáreas de monocultivos en Brasil plantados con maíz y soja genéticamente modificados. El maíz Roundup-Ready y la soja Roundup-Ready patentados por Bayer Monsanto están hechos para resistir al pesticida en el laboratorio. Las plantas Roundup Ready sobreviven a la fumigación con glifosato venenoso de la planta, mientras las malezas son eliminadas.

El ministro brasileño de Agricultura, Blairo Maggi, uno de los mayores productores de soja del mundo, anunció que el gobierno impugnará la decisión del tribunal. Pretende revertir la decisión antes de la próxima cosecha de soja.

Los graves conflictos de intereses que están a la vista aquí parecen ser ignorados por el gobierno brasileño, gravemente afectado por la corrupción. No se puede esperar ninguna política de Blairo Maggi, rey brasileño de la soja, que responda a los intereses del país y de la ciudadanía.

Los países de la Unión Europea importan alrededor de 34 millones de toneladas de soja transgénica al año como pienso animal, principalmente de América del Sur, de los cuales España importa sobre 5,7 Mt y Alemania 5 Mt. En EEUU más del 90% y en Brasil más del 65% de la producción de soja es transgénica, en Argentina el 99%.

En diciembre 2017, la Comisión Europea renovó la licencia de uso del glifosato para los próximos cinco años con el respaldo de 18 países, entre ellos España, a pesar del intenso debate público que se ha abierto sobre su seguridad.

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