La selva en llamas
10 sept 2019
Los bosques afectados alrededor del mundo son importantes sumideros de carbono - como se suele decir, los pulmones del planeta. La cantidad de dióxido de carbono emitida a la atmósfera es incalculable así como la pérdida de biodiversidad.
La deforestación y la expansión con monocultivos de árboles, las elevadas temperaturas, la sequía, son algunas de las causas del alarmante número de incendios forestales que están sucediendo. Aunque los incendios forestales forman parte del ciclo natural y que las quemas se utilizan desde tiempos inmemoriales de forma limitada y con impacto destructivo controlado, hoy el fuego que arrasa las selvas tropicales representa una de las mayores amenazas para la vida.
Los incendios desbocados que están teniendo lugar simultáneamente responden a la intencionalidad con objetivos como recalificación de suelos, intereses primero de la industria maderera ilegal, y a continuación de la ganadería, la agroindustria, de la minería y otras industrias extractivas.
El incendio más sonado es el de la Amazonía brasileña, el bosque más importante del mundo, compartido por nueve países, cuya mayor parte se encuentra en Brasil. El cielo de la ciudad de Sao Paulo se cubrió de humo la pasada semana. Los pueblos indígenas de la región del río Xingu respondieron al #PrayForTheAmazon (#RezaPorLaAmazonía) argumentando que trabajan diariamente por la selva por ellos mismos y por el futuro de toda la humanidad.
El incendio, que es la suma de 80.000 focos afecta también a Paraguay y Bolivia. En la Chiquitanía boliviana los fuegos afectan al menos a cuatro municipios.
Por su parte, la Iniciativa Amotocodie reportó que en Paraguay “desaparecieron un millón hectáreas de bosques en la última semana, vitales para por lo menos ocho grupos del pueblo indígena ayoreo que vive en aislamiento en la región del Gran Chaco, segunda en extensión y cobertura forestal de América del Sur después de la Amazonía”. Estos bosques sucumben al agronegocio, principal responsable de los grandes incendios que consumen los bosques naturales del Chaco.
Aunque los medios de comunicación difundieron mucha menos información procedente de África, en ese continente se localizaron el 70% de los 10.000 incendios activos. Angola y Congo, Zambia, Mozambique y Madagascar tuvieron que lidiar con las llamas y la destrucción masiva de sus bosques tropicales y sabanas. La sequía extrema como consecuencia del cambio climático ha facilitado la proliferación de los fuegos.
No sólo Brasil y en el continente africano, sino también Rusia marcaron récords históricos en cuanto a incendios forestales. Más de 5 millones de hectáreas han sucumbido a las llamas en Siberia en un incendio que viene durando dos meses y que todavía tiene focos activos. Este incendio tiene entre sus consecuencias el calentamiento del Ártico.