Rotura de oleoductos en la Amazonía ecuatoriana
9 abr 2020
En Ecuador, la ruptura de los oleoductos SOTE y OCP está causando contaminación en río Coca y afectando a los pueblos indígenas. Sucedió el 7 de abril a las 19:15hs, tras un hundimiento de tierras, en el sector San Rafael, situado en el límite de las provincias de Napo y Sucumbíos agravando la crisis actual por el coronavirus.
Se reporta que el desastre en las márgenes del río Coca tiene grandes proporciones y habría arrastrado parte de las tuberías del Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) propiedad de la petrolera estatal Petroecuador, y del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) operado por el consorcio del mismo nombre; y también está afectado el Poliducto Shushufindi-Quito al haberse producido la rotura en el único sitio por el cual cruzan las tres tuberías. El día anterior al evento hubo una lluvia constante, que provocó la crecida del caudal del río abriéndose un socavón de 70 metros, que habría empujado la tierra.
Varias comunidades que habitan en las riberas de los ríos Napo y Coca reportaron la llegada del derrame a sus territorios afectando su única fuente de agua y alimento, especialmente en medio de la crisis sanitaria. También está afectada la agricultura y el baño, todo lo cual constituye una fuente de preocupación enorme. El derrame también tiene efectos terribles sobre la flora y la fauna. Varios municipios urbanos han tenido que interrumpir la captación de agua de estos ríos y buscar otras fuentes de captación.
Organizaciones de derechos humanos demandan al Estado acciones urgentes de contención y remediación frente al derrame de crudo en la Amazonía y exigimos garantía de los derechos de alimentación y agua a las poblaciones afectadas.
Según un comunicado del Ministerio de Ambiente, las operadoras suspendieron el bombeo una vez que se reportó la ruptura de las tuberías. Organizaciones de derechos humanos demandan del Estado más información acerca de la cantidad de crudo vertido, la magnitud del derrame, los lugares afectados. No se conocen las medidas de contención tomadas ni ningún tipo de garantías para las comunidades indígenas afectadas, doblemente en este momento de emergencia sanitaria debido a la pandemia de Covid 19.
El diario ecuatoriano El Comercio publica que en opinión del analista petrolero Fernando Reyes, el derrame podría rondar los 10 000 barriles. El mismo experto enfatizó que el petróleo derramado “pone en riesgo el agua que captan las poblaciones del sur del país e, incluso, la contaminación podría llegar a Perú”.
Las autoridades no han informado tempranamente del derrame de petróleo. Las únicas informaciones oficiales publicadas en un primer momento se refieren al hundimiento. Comunicando a continuación medidas tomadas para garantizar la continuidad del transporte y abastecimiento de crudo. El SOTE tiene capacidad para transportar 360.000 barriles diarios de petróleo y generalmente opera a tope, mientras que el OCP tiene capacidad para transportar 450.000 barriles al día, pero carga en torno a 180.000 barriles día. El destino del crudo está en las refinerías situadas en Esmeraldas y La Libertad, y de ahí también el mercado exterior. El petróleo representa el 35% de exportaciones del Ecuador.
La empresa OCP Ecuador compartió un video del lugar del incidente donde se ven las instalaciones dañadas y anunció que instalará la nueva tubería en una ruta alterna. Y el ministro de Energía, René Ortiz, habla de la construcción de una variante para poder seguir transportando petróleo. Es la primera vez que las tres líneas sufren inconvenientes al mismo tiempo y los trabajos de reparación tomarán al menos unas tres semanas, hasta finales de abril.
Según la organización de derechos humanos INREDH, “el proceso de erosión en la cascada de San Rafael no es nuevo, sin embargo, las autoridades correspondientes no tomaron las medidas de seguridad a tiempo”.
Las roturas de los oleoductos son frecuentes, además de por deslaves como en este caso, por crecientes de ríos, sismos e accidentes de tránsito e incluso atentados. El SOTE ha tenido 74 derrames, de más de 5 000 barriles de petróleo, desde el inicio de sus operaciones, en 1972.
Salva la Selva contra el OCP
Es sabido que tales roturas son inevitables, especialmente en terrenos inestables como donde ha sucedido la rotura de oleoductos, y son una amenaza para las selvas tropicales y los pueblos.
Por eso, entre 2000 y 2003 Salva la Selva trabajó conjuntamente con organizaciones ecuatorianas en una intensa campaña contra de la construcción del OCP , el cual fue financiado por un banco estatal alemán, el WestLB. En el marco de la campaña, se hicieron diferentes actividades denunciando los riesgos de esta construcción para las comunidades locales y el medio ambiente llegando con una delegación al parlamento del estado de Renania del Norte Westfalia, al que pertenece el mencionado banco. Aunque la campaña no tuvo éxito contra la avaricia de los bancos y multinacionales, el tiempo nos ha dado la razón en repetidas ocasiones. En 2009 el OCP tuvo otro derrame masivo, en aquélla ocasión de 14.000 barriles de petróleo.
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