El Rey y los Elefantes
Mientras miles de elefantes mueren a causa del comercio ilegal de marfil -cifras récord en 2011-, un traspiés del monarca español dio a conocer su pasión por la caza de elefantes en Botswana. Pida a las autoridades españolas que se comprometan con la protección de los elefantes y que acaben con el comercio ilegal de marfil.
Petición“Detengan las inútiles cacerías, y prohíban tajantemente el comercio de marfil.”
España y los elefantes
Según saltó a la luz pública el domingo 15 de abril, el Rey de España, presidente de honor de la sección española de la organización ambiental WWF, se dedica desde hace varias décadas a la caza de animales salvajes. Esta vez eran elefantes en Botswana.
España está envuelta en una grave crisis y en este país se cuestiona seriamente que su monarca participe en tan costosa cacería en Botswana. Empresas españolas ofrecen safaris de 15 días para cazar elefantes entre 37.000 y 45.000 euros.
La Asociación Nacional de Defensa de los Animales ANDA pedía en febrero 2012 al Gobierno español cambiar su postura en las conferencias de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas. En los últimos años España votaba de manera «insistente» a favor de reducir el nivel de protección del elefante.
España es un país donde hay un gran mercado de marfil y donde la venta online de marfil resulta muy lucrativa, según un estudio conducido por la misma organización ANDA e IFAW. Esto reaviva las cacerías de elefantes.
Envíe una carta al Presidente de España para protestar por esta situación.
¿Hay demasiados elefantes?
Esto es lo que se argumenta para defender la cacería y la intocable figura del rey español. Según el Professor Rudi van Aarde, prominente experto en elefantes y ecologista expone en su estudio “Elefantes: Hechos y fábulas” que Africa tiene actualmente sólo la mitad de elefantes que hace 40 años.
Entre 1970 y 1989 la caza furtiva redujo el número de elefantes a unos 500.000. Concretamente en Botswana, donde estaba el rey español de caza, hay 130.000 elefantes-un tercio menos que al principio del siglo XX-.
Desde que en 1989 se reguló el comercio internacional de marfil, el año pasado hubo el mayor número de incautaciones de marfil ilegal. Este negocio reaviva también las cacerías de elefantes. Cada pieza de marfil para fabricar souvenirs o como símbolo de estatus, supone un elefante muerto.
¿Un caso aislado?
Definitivamente no. “El monarca español visita con frecuencia otros países para matar animales de especies exóticas. Leopardos, elefantes, osos, lobos, bisontes... multitud de animales han perecido a manos del rey Juan Carlos desde que comenzara su afición por la caza hace más de 50 años”, se lee en medios de internet.
Según informaron casi solamente medios alternativos, en octubre 2004, la Casa Real española presionó fuertemente a los medios de comunicación para que no informaran sobre una cacería del Rey en Rumania durante la cual mataron nueve osos de una especie protegida, dos de ellos gestantes.
La prensa rumana informaba ampliamente de estos hechos que abrieron un amplio debate en ese país.
Ver también
De Reyes, Ecologistas y Elefantes
Sr. Mariano Rajoy Brey
Complejo de la Moncloa
Avda. Puerta de Hierro, s/n.
28071 Madrid. (España)
Secretaría de Estado de Comercio
Subd. Gral. de Inspección, Certificación y Asistencia Técnica del Comercio
Ministerio de Economía y Competitividad
Paseo de la Castellana 162. 6ª planta.
28046 Madrid
Estimado Sr. Presidente, Estimadas Autoridades Administrativas CITES,
Con horror he sabido a través de los medios de comunicación, que Don Juan Carlos, Rey de España se dedica a la caza de elefantes y otros animales salvajes en Botswana y que practica la caza desde hace más de 50 años.
Por otra parte, estoy enormemente preocupado por la situación de los elefantes en todo el mundo, especie no sólo amenazada de extinción, sino también por el horror del comercio ilegal de marfil.
Según la Asociación Nacional de Defensa de los Animales ANDA, España es el país donde la venta online de marfil resulta más lucrativa.
Paradójicamente, en los últimos años España ha votado de manera a favor de reducir el nivel de protección del elefante en las conferencias de la Convención Internacional de Comercio de Especies CITES.
Quien por acción mata un elefante o por omisión no lo protege, no demuestra ningún compromiso ni sensibilidad. Dejen a los elefantes vivir en paz y de modo acorde a su naturaleza. De otro modo los miembros de la manada que sobreviven, lo hacen condenados a un futuro incierto sin la guía de sus mayores, de quienes aprenden tanto las pautas de comportamiento como a encontrar las rutas por las que desplazarse en busca de comida y agua.
Por estos motivos, le exijo que se comprometa con la protección de los elefantes, cambiando su posición ante la CITES, e intercediendo para que el Rey -presidente de honor de una organización ambiental- desista de su sangrienta y muy poco ética afición para multimillonarios.
El Rey y el gobierno español deben tener un comportamiento ejemplar que respete a los elefantes: Detengan las inútiles cacerías, y prohíban tajantemente el comercio de marfil.
Atentamente,