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Petición terminada
Ecuador: empresa maderera con sello FSC detruye a pequeños campesinos

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Durante diez años defendió el campesino ecuatoriano José Aguilar el bosque El Pambilar, el cual había sido ilegalmente apropiado por la empresa maderera Botrosa. El 25 de Febrero de 2010, pocos días antes de que la tierra tuviera que ser devuelta por orden judicial, José Aguilar fue asesinado junto con su esposa Yola Garofalo Valverde. Botrosa se niega a cumplir con la sentencia y maquilla sus negocios con el sello de "manejo forestal responsable" de la asociación Forest Stewardship Council (FSC) con sede en Bonn.

Petición
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Leer la carta

En Ecuador, las dos empresas Botrosa y Endesa del grupo empresarial Durini de fabricantes de madera contrachapada, son sinónimo de deforestación de la selva tropical. Después de más de 40 años de tala continua, la provincia anteriormente verde de Esmeraldas ha sido en su mayor parte deforestada. La forma de vida tradicional de las comunidades indígenas y negras quedó arruinada. Los medios de subsistencia de los pequeños agricultores fueron destruidos, al igual que buena parte de la diversidad de especies. Pero José Aguilar no se dio por vencido y siguió defendiendo el bosque y sus derechos valientemente. Con acusaciones ficticias, la empresa de madera contrachapada criminalizó al campesino. Ahora fue silenciado para siempre. Unos días antes del asesinato de José Aguilar y su esposa Yola Garofalo, la radio La Luna en Quito emitió su dramático testimonio. Entre lágrimas, el agricultor relataba cómo el 25 de Octubre 2000 permaneció secuestrado durante tres días y fue torturado hasta que firmó una declaración en la que cedía su tierra a la empresa Botrosa. Junto con otros seis vecinos fue desalojado de los bosques. Ya en 1997, la organización Acción Ecológica pudo demostrar que Botrosa estaba deforestando el bosque El Pambilar, que pertenece al Patrimonio Forestal del Estado (Bloque 10). En los años siguientes, la compañía se apropió de 3.400 hectáreas de tierras ilegalmente y comenzó a establecer plantaciones forestales industriales. Donde antes se desbordaba la naturaleza salvaje, ahora sólo existen árboles industriales de crecimiento rápido en fila y en orden. En 2002, el Tribunal Constitucional ecuatoriano sentenció que Botrosa se apropió la tierra de forma ilegal, y que debía devolverla. Pero las autoridades competentes permanecieron pasivas. No en vano, el Grupo Durini pertenece a una de las familias más poderosas del Ecuador y Roberto Peña Durini era entonces ministro de Comercio Exterior e Industria. En noviembre de 2009, el caso fue reabierto en la Asamblea (parlamento). Tras el fallo de otro juez, las tierras debían ser devueltas al Estado hasta el 4 de marzo 2010. No muy lejos de El Pambilar hay otra plantación de madera de la misma empresa. Las 8.400 hectáreas de la plantación Río Pitzara llevan desde abril de 2006 el sello de la asociación Forest Stewardship Council (FSC). El sello fue concedido por "manejo forestal responsable" siendo GFA Terra Systems con sede en Hamburgo (Alemania) la empresa certificadora para el sello FSC. La certificación de estas plantaciones por parte de GFA fue como un bofetón en el rostro para las decenas de miles de pequeños agricultores de Esmeraldas, cuyos bosques fueron robados y talados por Endesa Botrosa. Dieciocho meses más tarde (el 27. Nov. 2008) el sello FSC le fue retirado a Endesa Botrosa, al ser encontrado un pesticida prohibido en la plantación. Y un año más tarde (el 21. Diciembre 2009) se le devolvió. De manera ininterrumpida circulan camiones pesadamente cargados con los gigantescos troncos procedentes de las últimas selvas desde la costa ecuatoriana ein dirección a la sierra andina, donde en la capital ecuatoriana tienen ambas empresas sus fábricas de madera contrachapada. Cerca del 70% de las tablas de contrachapado producidas por Endesa-Botrosa se exportan bajo la marca “Sandeply”, especialmente a los Estados Unidos. Allí, los clientes compran los productos certificados FSC víctimas de este engaño y con la conciencia limpia. Para la madera tropical con el sello FSC también hacen publicidad grandes organizaciones ambientales como el WWF, BUND y Nabu. Lea aquí acerca de la discusión de estas organizaciones con Salva la Selva en Alemania. Por favor, escriba a las autoridades competentes en Ecuador y exija el esclarecimiento intachable del asesinato del defensor de la selva y de su esposa, así como la devolución de los bosques ilegalmente apropiados por Botrosa y que se detenga la destrucción para la industria de madera contrachapada de los pocos bosques tropicales que quedan en la zona. Más información sobre el caso: Aquí pueden ver el video acerca de la tala por parte de Endesa-Botrosa y los conmovedores testimonios de José Aguilar y otros campesinos. A pesar del gran número de este tipo de casos, las grandes organizaciones ambientales defienden y apoyan el FSC. Conzca aqui el estado de la discusión sobre el FSC en Alemania.

Actualización con respecto a este caso: Ecuador: Bosque invadido ilegalmente por madereros será area protegida

 

Más información

Para ver cómo las grandes organizaciones ambientales apoyan el "maquillaje verde" de FSC, pueden leer una carta abierta que escribieron las grandes organizaciones ambientales alemanas ( BUND, Nabu, Oro Verde y WWF) haciendo oídos sordos a dramáticos casos como el que aquí presentamos. En la carta, critican a Salva la Selva (en Alemania, Rettet den Regenwald) por la crítica que nuestra organización hace del FSC y en defensa de los bosques y sus habitantes. Se refiere a una manifestación donde se protestaba por el posible uso de madera tropical certificada FSC procedente del Congo para el mobiliario urbano en la ciudad de Nüremberg. Para Salva la Selva, ecológicamente no existe ninguna base científica para el aprovechamiento industrial forestal en las selvas tropicales. La tala selectiva de árboles es una necesidad económica de la industria maderera ya que solamente para unas pocas especies de madera existe demanda y mercado. En este sentido, se trata de una actividad meramente extractiva y comercial. Y lo más importante para nosotros, es que en todos los bosques del mundo existen poblaciones indígenas o campesinas que dependen para su vida, subsistencia y cultura de los bosques, con la cual, la extracción industrial de árboles no es en absoluto compatible. El sello FSC es utilizado por la industria maderera como excusa y “lavado verde” para poder explotar y beneficiarse de la venta al mejor postor de las últimas selvas tropicales del mundo. Y las grandes organizaciones ambientales mencionadas son sus cómplices en el negocio. Aquí puede ver la carta. La carta original en alemán. Mucha información crítica (en inglés) sobre el sello de certificación forestal FSC y denuncias de casos particulares por plantaciones mal certificadas por todo el mundo se encuentra en: http://www.fsc-watch.org/

Carta

Marzo de 2010

Ec. Rafael Correa Delgado, Presidente Constitucional del Ecuador

Copias:
Dr. Washinton Pesantez, Fiscal General de la Nación
Dr. Fernando Gutiérrez Vera, Defensor del Pueblo
Dra. Marcela Aguiñaga, Ministra del Ambiente

Reciban un cordial saludo:

Con profunda tristeza y estupor hemos recibido la noticia del asesinato de los campesinos Sr. Jose Aguilar y su esposa Sra. Yola Garofalo Valverde quienes vendrían defendiendo durante más de diez años los remanentes de bosques nativos de la región del Chocó ecuatoriano.

Las circunstancias de estas muertes se relacionan con un conflicto de tierras entre los campesinos de Hoja Blanca, parroquia Malimpia, cantón Quinindé, en Esmeraldas, y la empresa maderera Bosques Tropicales S.A. (Botrosa). El conflicto comenzó en 1998. En ese tiempo, el Instituto Nacional de Desarrollo Agrario INDA adjudicó de manera ilegal 3.123 hectáreas del Patrimonio Forestal del Estado a la empresa Botrosa. El área es conocida como Predio "El Pambilar". Sin embargo, los pobladores ancestrales de estos bosques tenían la posesión de estos bosques y hacían uso de los mismos.

El predio de la familia Aguilar se encontraba colindante al predio el Pambilar. José Aguilar y su esposa han sido continuos testigos de lo que allí sucede, y pusieron lo único que tenían, sus cuerpos, para la defensa de los bosques y en contra del robo de tierras y la tala ilegal de Botrosa. El Sr. Aguilar fue intencionalmente criminalizado por la empresa maderera Bosques Tropicales S.A. Botrosa y fue denunciado por delitos comunes como invasión a propiedad privada. Sin embargo, la Asamblea Nacional Constituyente, lo declaró inocente en junio de 2008 en el marco de una Amnistía que declaró para Defensores de la Naturaleza injustamente acusados.

El testimonio de las agresiones de las que fue víctima José Aguilar, sobre ataques ilegales de Botrosa, fueron recogidos en 2005 y el 3 de febrero del 2010 fueron nuevamente retransmitidos por radio La Luna a nivel nacional. Pocos días más tarde José Aguilar y su esposa fueron encontrados muertos. Desde entonces, y debido a la negativa de Botrosa a abandonar la zona, la situación está muy tensa en Hoja Blanca.

El Tribunal Constitucional ecuatoriano ya decidió en Octubre del 2002 que Botrosa debía abandonar El Pambilar, y la jueza Victoria Chan-Huan resolvió que esta sentencia debía ser acatada antes del 4 de marzo de este año 2010.

Por este motivo, le pido su urgente intervención para garantizar una investigación intachable a estos lamentables hechos que den con los responsables, cómplices y encubridores y asegurar que estos crímenes no queden en la impunidad.

Igualmente solicito que el Gobierno del Ecuador haga respetar sus leyes y se acate la resolución del Tribunal Constitucional. El bosque protector El Pambilar debe ser efectivamente revertido al Estado, y Botrosa debe abandonar el lugar. Esta es una condición imprescindible para la construcción de una política de paz para Hoja Blanca, para el cumplimiento de los derechos de la naturaleza y para sentar efectivamente los fundamentos del Sumak Kausay (el “buen vivir”).

Atentamente,

Información breve sobre el tema Fleisch und Soja

Die Ausgangslage – Hunger auf Fleisch

Derzeit beträgt statistisch gesehen der Verbrauch von Fleisch in Deutschland etwa 53 kg pro Person und Jahr, in der Schweiz rund 51 kg und in Österreich fast 87 kg. (Stand 2023). Damit verzehrt jeder im Laufe seines Lebens Hunderte Hühner, Dutzende Puten und Schweine und mehrere Rinder. Allein in Deutschland wurden 2023 rund 660 Millionen Hühner, 52 Millionen Schweine, 33 Millionen Puten und 3 Millionen Rinder geschlachtet.

Zur Aufzucht und Mästung der Tiere werden weltweit große Mengen Futter benötigt. Etwa die Hälfte der globalen landwirtschaftlichen Flächen sind Viehweiden, hauptsächlich für Rinder. In Südamerika werden dafür der Amazonas-Regenwald und andere Ökosysteme abgeholzt. Dort bedecken Viehweiden schon etwa 400 Mio. Hektar Land, das entspricht fast der Fläche der gesamten Europäischen Union. Allein in Brasilien sind es etwa 175 Mio. ha, in Argentinien 140 Mio. ha, in Bolivien 22 Mio. ha, in Paraguay 15 Mio. ha und in Uruguay 13 Mio. ha.

Weiterhin werden auf einem Drittel der weltweiten Ackerfläche Futtermittel angebaut. Statt Menschen zu ernähren, landet so jedes Jahr ein großer Teil der weltweiten Soja-, Mais-, Weizen- und Gerstenernte in Tiermägen zur Produktion von Fleisch, Eiern und Molkereiprodukten. Das Kraftfutter für Schweine und Geflügel in Deutschland besteht zu mehr als 30 Prozent aus Soja-Schrot.

Die Auswirkungen – Regenwaldrodungen, Monokulturen, Klimawandel

Deutschland und die EU beziehen einen großen Teil des Soja- und Maisfutters aus Südamerika. Wo einst tropische Wälder und weite Savannen das Landschaftsbild prägten, erstrecken sich nun endlose industrielle Monokulturen: Bei Soja sind es in Brasilien fast 50 Millionen Hektar, in Argentinien 17,5 Mio. ha, in Paraguay 3,3 Mio. ha, in Bolivien 1,5 Mio. ha und in Uruguay 1 Mio. ha. Zusammen sind das zirka 73 Mio. ha Soja-Monokulturen, eine Fläche doppelt so groß wie Deutschland.

Besonders betroffen sind davon die tropischen Savannen des Cerrado in Brasilien und die Trockenwälder des Chaco in Bolivien und Paraguay. Die ständig wachsenden Soja-Monokulturen verdrängen auch die dort lebenden Menschen, zumeist Kleinbauern und indigene Völker. Die Soja-Industrie zerstört die Lebensgrundlagen und vertreibt die Menschen. 

Wer bleibt, wird oft krank: Dreiviertel der in Lateinamerika angebauten Sojapflanzen ist genetischer veränderter Soja (GV-Soja) von Konzernen wie BASF, Bayer, Corteva (vormals DuPont) und Syngenta. Diese verdienen nicht nur mit dem GV-Saatgut, sondern auch mit dem Cocktail von toxischen Pestiziden, mit denen die GV-Pflanzen besprüht werden. Sehr oft erfolgt das aus der Luft mit Sprüh-Drohnen und Sprüh-Flugzeugen, die oft ganze Landschaften, Wälder, Flüsse, Dörfer und die dort lebenden Menschen in Giftnebel hüllen.

Die am häufigsten verwendeten Spritzmittel sind glyphosathaltige Herbizide, beispielsweise Roundup von Bayer-Monsanto. Das Gift steht im Verdacht, beim Menschen zu Tumoren und Erbgutschäden zu führen. Für die Umwelt ist Glyphosat in jedem Fall hochgiftig. Die Sprüheinsätze vernichten die Artenvielfalt, vergiften die Böden, die Gewässer (einschließlich das Trinkwasser) und die Luft.

Die Auswirkungen auf das Klima sind verheerend: Die Rodungen natürlicher Ökosysteme wie der Regenwälder setzen riesige Mengen CO2 frei, das die globale Klimaerwärmung vorantreibt. Aus dem Verdauungstrakt der Rinder entweichen große Mengen Methan, auf den zur Produktion von Viehfutter genutzten Äckern ausgebrachter Mineraldünger setzt Lachgas frei. Beide Gase sind noch wesentlich klimaschädlicher als CO2. Etwa 15 Prozent der globalen Treibhausgas-Emissionen stammen aus der Viehhaltung.

Die Lösung – Pflanzliche Kost

Die Zukunft der Regenwälder entscheidet sich auch auf unseren Tellern: Die tierischen Produkte auf unserem Speiseplan haben einen Anteil von 72 Prozent an den ernährungsbedingten Treibhausgasemissionen. Verglichen mit nicht-tierischen Lebensmitteln wird für ihre Herstellung ein Vielfaches an Fläche benötigt.

Diese Tipps helfen, Menschen, Tiere, Natur und Klima zu schützen:

  1. Mehr Pflanzen, mehr Power – die Vielfalt leckerer und nahrhafter pflanzlicher Lebensmittel ist riesengroß.
  2. Aber bitte mit Soja: Nur circa zwei Prozent der globalen Sojaernte wird zu Tofuschnitzeln, Sojajoghurt und ähnlichen Produkten verarbeitet. Hierfür muss kein Regenwald gerodet werden – geerntet wird meist auf europäischen Äckern.
  3. Soweit wie möglich auf Fleisch verzichten und in jedem Fall Produkte aus Massentierhaltung meiden, da unter den industriellen Haltungsbedingungen die Tiere sehr leiden.
  4. Fleisch mit dem Siegel der Bio-Anbauverbände Demeter und Bioland wird ohne importiertes Sojafutter produziert und soll wesentlich bessere Haltungsbedingungen der Tiere garantieren.
  5. Sogenannten Tierwohllabeln misstrauen, denn sie bringen in der Praxis wenig bis keine Verbesserungen für die Tiere, auch weil es an permanenten und unabhängigen Kontrollen mangelt.
  6. Lebensmittelverschwendung stoppen: Pro Jahr landet in Deutschland das Fleisch von 53 Millionen Tieren im Müll. Kaufen oder bestellen Sie nur soviel, wie sie essen können. Das schont nicht nur die Umwelt und vermeidet das Leid von Tieren, es hilft auch dem Geldbeutel.
  7. Protest über den Tellerrand hinaus: Auf Demonstrationen wie „Wir haben es satt“ oder dem „March against Monsanto“ setzen sich Zehntausende Menschen für eine gesunde, tier-, mensch- und klimafreundliche Landwirtschaft ein und üben Druck auf Politiker aus. Für die demofreie Zeit sind Online-Petitionen und Briefe an die Volksvertreter eine gute Alternative.

Esta petición está disponible en los siguientes idiomas:

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