Alto al fuego en Brasil: una Amazonía con menos incendios

Incendio forestal © Greenpeace

3 feb 2023

Durante el primer mes del año y ya con Bolsonaro fuera del gobierno, Brasil logró reducir significativamente, al menos por el momento, la cantidad de incendios en la Amazonía. En enero 2023 se registraron 1.056 focos de incendio frente a los 2.756 focos de diciembre 2022.

El nuevo presidente brasileño Lula da Silva ha expresado su preocupación por la protección de la Amazonia. El primer mes de su gobierno ya registró un fuerte descenso de los focos de incendio en el país. La disminución con respecto al pasado diciembre es del 61,7 % mientras que con respecto a diciembre 2021 sería de un 13%. Los datos son del Instituto Nacional de Investigaciones Especiales de Brasil.

La Amazonía es la región de Brasil más afectada por los incendios

El mismo instituto indicó un repunte de los incendios en 2022, especialmente en agosto, septiembre y octubre: 115.033 focos de incendio en la región amazónica, un 53% más de los registrado en 2021 y el repunte más alto desde 2010. Los estados amazónicos albergaron casi la mitad de los incendios registrados el año pasado, y los más afectados fueron Mato Grosso, seguido de Pará y Tocantins. Según Mapbiomas, en 2022, los incendios forestales destruyeron 16,3 millones de hectáreas en Brasil, 14% más que en 2021.

En los pasados días Lula reactivó del Fondo Amazonia, desactivado en 2019, destinado a la protección de este importante región, con el apoyo de Alemania y Noruega.

Tanto en el Pantanal como en el Bosque Atlántico ha habido un descenso del 85% de los incendios respecto a l 2021. Pero otras regiones como la sabana o cerrado enfrentantambién graves pérdidas, ascendiendo la superficie afectada a 7,4 millones de hectáreas.

Las acciones de Lula

Lula no dudó en revocar el decreto que permitía la explotación minera en tierras indígenas, se compromete a detener la deforestación, para lo que ha echado nuevamente mano de Marina Silva, con quien está creando un ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático. Brasil vuelve a integrarse al debate global. La creación de un ministerio de Pueblos Indígenas, al frente del cual ha situado a Sonia Guajajara no pasa desapercibido por la fuerte carga simbólica que conlleva y por la urgencia que representa.

De este modo, Lula se pone manos a la obra para confrontar -entre otras- la gravísima situación humanitaria en el territorio de los indígenas yanomamis, a quienes las políticas de Bolsonaro han hecho padecer desnutrición, malaria, altas tasas de mortalidad. Además, los ríos de la región están contaminados por el mercurio que usan los mineros ilegales alentados por Bolsonaro. Se investigará si las anteriores políticas con respecto a este pueblo pueden constituir un delito de genocidio, por acción u omisión.

Sin embargo, su gobierno también tiene ante sí temas que consideramos controvertidos y que nos preocupan, como la firma del Acuerdo entre la Unión Europea y los países de Mercosur o la realización de grandes proyectos de infraestructura para la exportación a gran escala de materias primas procedentes de la Amazonía y los otros ecosistemas importantes de Brasil. En la misma línea nuevos proyectos mineros a gran escala que apuntan a la transición verde de países del norte, que aunque considerados legales no dejan de ser controvertidos además de contaminantes.

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