¿Se podrá seguir deforestando?

Tala de la Amazonía en Brasil Pretenden seguir deforestando, como si no hubiera un mañana -caso de Brasil (© Paulo Fridman/Alamy Stock Foto) Deforestación en Papua para establecer una plantación de palma aceitera Pretenden seguir deforestando, como si no hubiera un mañana -caso de Indonesia (© Pusaka)

4 sept 2024

El Parlamento Europeo aprobó con amplio respaldo en 2023 una ley anti deforestación para limitar la importación de productos procedentes de zonas deforestadas después del 31 de diciembre de 2020. En respuesta, el buzón de la Comisión Europea se está inundando de solicitudes para que retrase su aplicación. Pensamos que la situación de los bosques es urgente y no pueden esperar.

La ley de “deforestación cero” o EUDR (por sus siglas en inglés) afecta a la importación y comercialización en los países miembros de productos procedentes de regiones deforestadas: carne bovina, soja, madera, café, aceite de palma, caucho. Y también a productos derivados de los primeros, como muebles, papel, chocolates y otros. Todas estas commodities se consumen ampliamente en la Unión Europea (UE). Las empresas tendrán que demostrar que sus productos cumplen la legislación del país de origen. En su fase de pruebas empezó a aplicarse en julio de 2024 y según las previsiones pasará a ser totalmente efectiva a partir del próximo 1 enero 2025 y progresivamente durante la primera mitad de ese año.

La UE tomó como referencia para elaborar esta legislación el rol importante que los bosques desempeñan contra el cambio climático, ya que capturan CO2; que albergan el 86 % de la biodiversidad del mundo; y que proporcionan en torno a 86 millones de empleos a nivel global.

La medida afecta a los bosques de todo el mundo, incluidos los de Europa, y pretende garantizar que los consumidores europeos no contribuyan a la destrucción de los bosques del mundo, desde el Amazonas hasta el Sudeste Asiático. Pero hay partes interesadas, países y sectores comerciales, tanto dentro como fuera de la UE, que intentan ejercer presión para que se atrase su aplicación. Muchos son los intereses que empujan para seguir deforestando.

Europa y el Parlamento Europeo

Mientras la urgencia de la necesidad de tomar medidas es clara para los ministros de Ambiente, los ministros de Agricultura de 20 de los 27 países miembros de la UE, que incluyen Francia, Italia, Polonia y Suecia, apoyaron en marzo una solicitud de Austria de retrasar y revisar la ley. Fue justo antes de las elecciones parlamentarias europeas, a pesar de las oportunidades de negociación que tuvieron los años previos para defender sus intereses. Alegan “cargas administrativas”.

Dentro del propio Parlamento Europeo, es el Grupo PPE (Partido Popular Europeo) el que propone retrasar la aplicación de la norma, mientras los grupos Socialdemócrata y de los Verdes prefieren mantener los plazos previstos.

La Confederación Europea de Industrias de la Madera, el grupo minorista EuroCommerce y también una coalición de empresas alimentarias piden, cada una por su lado, prórrogas al considerar que la medida afecta negativamente a sus proveedores en variadas localizaciones.

Presiones desde fuera de Europa

Países como Canadá, Estados Unidos, China, Australia, Nueva Zelanda, Indonesia y Malasia tendrían algún tipo de reparos al respecto de la legislación anti-deforestación de Europa, al considerar que es imposible para los exportadores prepararse de forma adecuada.

Y desde Sudamérica, el Consejo Agropecuario del Sur (CAS), integrado por los ministros de Agricultura de Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay, Chile y Uruguay para la “coordinación de acciones regionales”, también quieren licencia para seguir deforestando. Critican la postura de las autoridades europeas de quienes dicen que se estarían situando como “adalides de la protección ambiental”.

¿Se puede Sudamérica permitir seguir deforestando?

La deforestación en la mayoría de estos países sudamericanos es alarmante. A pesar de ello, el CAS intenta superar la restricción comercial, esgrimiendo argumentos poco -por no decir nada- acertados. En primer lugar, intentan argumentar que la legislación “no está basada en ciencia”. Cabe destacar, que la medida no se ha implementa únicamente por motivos científicos, sino sobre todo por preocupaciones ancladas en la realidad de los bosques y selvas del mundo. Es decir, que son estrictamente ambientales y también se relacionan con la prevención de más cambio climático.

Otro argumento mencionado por CAS para intentar retrasar la aplicación de la ley es que sus países habrían “desarrollado esquemas de producción sostenibles”. Se refieren a la agricultura industrial, particularmente a la soja. Sin embargo, la “sostenibilidad” de la soja, mayormente transgénica, es por razones obvias altamente cuestionable, tanto para ambientalistas, como para pequeños agricultores y productores ecológicos y diferentes profesionales del sector de la agricultura, también del Sur global.

Exportadores y multinacionales

Exportadores y empresas fuera de la UE tienen preocupaciones técnicas, como unas relativas al mapa y a la inteligencia artificial a utilizar. Cuestionan si las herramientas proporcionadas por el Joint Research Center de la UE diferenciará entre la vegetación autóctona y plantaciones, y si, por lo tanto, proporcionará información incorrecta sobre deforestación. Otras preocupaciones también incluyen la “privacidad de los datos”.

Paradójicamente, quienes sí parecen darle apoyo a la legislación de la UE serían las multinacionales, tanto de la agricultura, como de la alimentación. Es el caso de Nestlé, Mars Wrigley, Ferrero, Archer Daniels Midland ADM. Mientras los gigantes de la industria del agronegocio muestran conformidad con la medida, se aceleran las críticas de las pequeñas y medianas empresas que se consideran en desventaja frente a las multinacionales para invertir en sus procesos de cadenas de abastecimiento. También estos dudan de las tecnologías que la UE pondrá a su disposición y si podrán adaptarse, mientras faltan orientaciones oficiales, que no se habrían publicado, a menos de seis meses de la implementación.

Las empresas y/o sus proveedores tendrán que demostrar que:

  • no han deforestado ni han provocado degradación forestal después del 31 de diciembre de 2020. Los bosques primarios son muy importantes y cada vez quedan menos.

  • cumplen la legislación correspondiente del país productor, incluida la relativa a los derechos humanos, y que se han respetado los derechos de los pueblos indígenas afectados.

Lee nuestra carta a la Comisión Europea recordándole la urgencia de comenzar sin demora a aplicar la Ley de Deforestación Cero (oficialmente conocida como EUDR) y rogando que no cedan a las presiones de la industria.


  1. ley de “deforestación cero”Reglamento 1115/2023 de la Unión Europea (UE) - European Union Deforestation Regulation, ver el texto de la ley en https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:32023R1115

    E información acerca de su implementación en: deforestation-regulation-implementation_en 

  2. el Grupo PPE (Partido Popular Europeo) el que propone retrasar la aplicación de la normahttps://www.euractiv.com/section/agriculture-food/news/epp-draft-plan-seeks-to-place-anti-deforestation-law-on-back-burner/

  3. Confederación Europea de Industrias de la MaderaEn una tribuna publicada en el Financial Times.

Suscríbete ahora al boletín de Salva la Selva

Recibirás alertas de acción y actualizaciones - ¡con tu ayuda seguimos salvando la selva!