Rechazo los transgénicos y digo NO a Monsanto
Monsanto es la mayor productora de semillas transgénicas que venden junto a herbicidas y venenos que ponen en grave peligro a abejas, mariposas y aves. Poblaciones humanas son fumigadas y los alimentos se contaminan por la invasión mundial con transgénicos. Firma y únete así a la Marcha Mundial contra Monsanto.
Noticias y actualizaciones PeticiónPara: Monsanto, Organización de las Naciones Unidas ONU (Comisión de Desarollo Sostenible y Convención de Biodiversidad); Comisión Europea; Gobiernos
“Me uno a la Marcha Mundial contra Monsanto y contra los transgénicos”
Los transgénicos -organismos de una especie modificados con genes de otra especie distinta para controlar plagas y hierbas- constituyen una cuestión ambiental controvertida y que genera gran preocupación no sólo a ecologistas, sino también al público en general. Suscitan tres debates fundamentales que se entrelazan entre sí.
Uno en torno a la naturaleza y al medio ambiente, que incluye la destrucción de ecosistemas importantes como las selvas tropicales y las amenazas que esa destrucción supone para la biodiversidad y las que representa la contaminación genética.
El segundo en torno a la agricultura, al modo de producción industrial, a gran escala y altamente tecnificado de los transgénicos. Implican el uso de grandes cantidades de agrotóxicos en detrimento de modos de agricultura tradicional, agroecológica y orgánica, e imponen patentes comerciales sobre las semillas y la vida.
Y un tercero en torno a la alimentación en un sentido amplio: de los efectos negativos de los alimentos transgénicos sobre la salud y de qué productos contienen ingredientes transgénicos y la necesidad de etiquetar los productos para conocer los ingredientes transgénicos. Y no acaban con el hambre en el mundo, actualmente en cifras más altas que nunca.
Mientras Monsanto, sus políticos amigos y entes reguladores dicen que no hay de qué preocuparse, un creciente número de científicos no están de acuerdo y alzan sus voces para explicar aspectos de la tecnología que ponen en serio riesgo la biodiversidad y la salud humana.
La transnacional de las semillas transgénicas y los políticos que la defienden deben escuchar por todos los medios posibles la oposición mundial a los transgénicos. Las protestas sean locales o globales pueden hacer la diferencia. Únete a un evento o firma la petición -carta y formulario a la derecha.
Más informaciónLa Marcha contra Monsanto es un llamamiento mundial a la acción, con el objetivo de informar al público, cuestionar los riesgos de los transgénicos para la salud a largo plazo y exigir el etiquetado de los productos modificados genéticamente, para que los consumidores puedan hacer decisiones informadas. El debate en torno a los transgénicos necesitan mayor atención por parte de las autoridades, que deberían tomarlo en serio.
La degradación ambiental, el uso de pesticidas, las fumigaciones con agroquímicos -herbicidas y fungicidas-, la contaminación, las patentes sobre las semillas, son algunos de los problemas que implica la introducción de los transgénicos.
Un informe reciente de Amigos de la Tierra internacional revela que sólo el 1% de los agricultores de todo el mundo se dedican a la producción de transgénicos, y que el 90% de los cultivos transgénicos se encuentran en seis países: Estados Unidos, Argentina, Brasil, India, Canadá y China.
Para muestra, un botón
Siendo uno de los mayores productores de soja transgénica del mundo, Argentina es actualmente también uno de los bastiones y símbolos de resistencia contra la transnacional. El argentino Grupo de Reflexion Rural, pionero en denunciar la expansión de la soja transgénica, habla de Argentina como país laboratorio para la libre experimentación de los gigantes de la biotecnología, donde la expansión de los transgénicos es política nacional. En el mismo país, un campamento permanente de activistas impide actualmente el avance de las obras de la fábrica que Monsanto quiere construir en la localidad de Malvinas Argentinas, en la provincia de Córdoba. Saben lo que hacen, pues la zona ha sido fumigada con agrotóxicos durante años, exponiendo a la población a enfermedades como el cáncer y malformaciones y llegó la hora de decir basta.
En México, principal consumidor y cuna del maíz, el maíz de Monsanto amenaza con contaminar la gran riqueza de variedades de maíz criollo. Además, la importación de maíz transgénico de los Estados Unidos ha invadido los mercados perjudicando a productores locales.
Y en Estados Unidos, uno de los frentes abiertos contra Monsanto consiste en pedidos por parte de grupos de consumidores y ecologistas para que se identifiquen claramente en las etiquetas los alimentos que contienen transgénicos. Exigen legislación al respecto en diferentes estados.
España es considerada como la puerta de entrada de los transgénicos a Europa y el único país de la Comunidad Europea donde se produce una cantidad significativa de transgénicos. La falta de prudencia y alto nivel de corrupción política en ese país, facilitan la expansión de cultivos transgénicas y la implementación de campos experimentales sin que se conozca exactamente su extensión y ubicación. Las cifras varían de 70.000 a 140.000 hectáreas. La única variedad transgénica autorizada en Europa es el maíz MON 810 de Monsanto.
Otros países como Polonia y Egipto optan por la prudencia, y han sido los últimos países en suspender los de cultivos transgénicos.
Más información:
Página de la convocatoria de la Marcha Mundial contra Monsanto http://occupy-monsanto.com/
Resumen del Informe de Amigos de la Tierra Internacional ¿Quién se beneficia con los cultivos transgénicos? Una industria fundada en mitos
Guía roja y verde de los alimentos transgénicos (5º edición), elaborada por Greenpeace
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Para: Monsanto, Organización de las Naciones Unidas ONU (Comisión de Desarollo Sostenible y Convención de Biodiversidad); Comisión Europea; Gobiernos
Estimadas Señoras y Señores:
Me uno a la Marcha Mundial contra Monsanto para mostrar mi rechazo a los transgénicos y para urgir que pongan todo de su parte para suspender inmediatamente cosechas y productos transgénicos comerciales y/o experimentales.
Prohíban las patentes sobre semillas, procesos vivos, organismos, líneas celulares y genes.
La investigación pública debe dirigirse a la agricultura sostenible que beneficie a los pequeños campesinos.
Las legislaciones nacionales e internacionales de bioseguridad deben prevalecer por encima de acuerdos e intereses financieros o comerciales.
No queremos a Monsanto ni a las otros gigantes de la biotecnología porque destruyen y contaminan el mundo sin miramientos hacia las personas y la naturaleza.
Queremos alimentos sanos y naturales y fuera del control de las corporaciones, producidos por pequeños campesinos.
Atentamente,