¡Las plantaciones NO son bosques!
La definición de bosques de la FAO abre las puertas a la destrucción de los bosques al permitir su sustitución por monocultivos industriales de árboles. Los bosques albergan innumerables especies animales y vegetales que los llenan de vida y millones de personas dependen de ellos. Pedimos a la FAO que cambie su definición de bosques.
Noticias y actualizaciones PeticiónPara: Director General de la FAO José Graziano da Silva; Secretario General XIV Congreso Forestal Mundial Trevor Abrahams; Secretaria General Asociada Tiina Vahanen
“FAO: su definición de bosques los reduce a una 'superficie cubierta de árboles', y debe modificarse para incluir la visión de las poblaciones de los bosques.”
Los bosques del mundo se destruyen a un ritmo sobrecogedor.
En septiembre 2015, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación FAO realiza el Congreso Forestal Mundial en Durban sobre el 'futuro sostenible' de los bosques. En el evento dominado por la industria maderera están presentes quienes hacen las políticas.
El enfoque de la FAO está vinculado a un error fundamental: define los bosques como una mera superficie cubierta de árboles. Así, se pueden arrasar bosques y reemplazarlos por plantaciones de caucho, o cortar bosques templados o subtropicales altamente biodiversos para dejar sitio a plantaciones estériles de pinos o eucaliptos –y nada de esto se clasificaría como 'deforestación neta'. Si la industria arranca pastizales o toma y convierte tierras campesinas en monocultivos industriales de árboles o desiertos verdes, eso para la FAO es 'reforestación'.
La FAO se niega pues a definir los bosques por su diversidad biológica, social, cultural y espiritual mientras promueve la expansión de plantaciones industriales de árboles a gran escala a expensas de comunidades y bosques reales. Promueve soluciones falsas a la crisis climática al considerar los bosques como meros almacenes de carbono. Incluso llaman “bosques” a plantaciones de eucaliptos genéticamente modificados. Grupos ecologistas, movimientos sociales y científicos rechazan esta definición deficiente desde hace años.
Durante el Congreso Forestal Mundial, Salva la Selva confronta junto a otras organizaciones ambientales de todo el mundo el modelo orientado a los negocios del Congreso. Nos reunimos en el Programa Alternativo de la Sociedad Civil CSAP a discutir sobre las causas reales de la destrucción de los bosques y sus responsables.
Por favor, apoya la petición.
CartaPara: Director General de la FAO José Graziano da Silva; Secretario General XIV Congreso Forestal Mundial Trevor Abrahams; Secretaria General Asociada Tiina Vahanen
Estimado Sr. José Graziano da Silva
Estimado Sr. Trevor Abrahams
Estimada Sra.Tiina Vahanen
La FAO define “bosque” como “Tierras que se extienden por más de 0,5 hectáreas dotadas de árboles de una altura superior a 5 metros y una cubierta de dosel superior al 10 por ciento, o de árboles capaces de alcanzar esta altura in situ. [...]”.
Esta definición reduce los bosques a una mera superficie cubierta por árboles, descartando la diversidad estructural, funcional y biológica de árboles y las muchas otras especies que constituyen un bosque, y la importancia cultural de la interacción entre los bosques y las comunidades.
La definición de bosques de la FAO beneficia los intereses del lobby de la madera tropical y de las empresas que tienen plantaciones industriales de árboles, incluidas las de pulpa y papel, caucho y bioenergía. Reducir los bosques a su función como almacén de carbono beneficia a las empresas que poseen plantaciones todavía más, porque les permite reivindicar sus plantaciones industriales como “bosques plantados” que absorben carbono especialmente rápido. El carbono almacenado de este modo puede venderse como “créditos de carbono”, desde nuestro punto de vista una solución falsa al cambio climático. La definición de la FAO permite incluso que las plantaciones de especies de árboles genéticamente modificadas sean clasificadas como “bosques”.
La expansión de los monocultivos industriales de árboles, por ejemplo eucaliptos, pinos y acacia es, tanto directa como indirectamente, un factor clave de la destrucción de los bosques. Esta expansión destruye la biodiversidad, contribuye al cambio climático (mientras el carbono de la vegetación y los suelos se libera durante la conversión en plantaciones) y devasta las vidas y sustentos de millones de pueblos indígenas y otras personas dependientes de los bosques.
De acuerdo a la FAO, al menos 300 millones de mujeres y hombres dependen directamente de los bosques en todo el mundo para su subsistencia. La deficiente definición de la FAO legitimiza y ayuda a facilitar los destructivos impactos.
En sus principios fundacionales, la FAO se describe como una organización liderando los “esfuerzos internacionales para combatir el hambre”, así como “un foro neutral donde todas las naciones se encuentran como iguales”. Para estar a la altura de estas declaraciones, es necesario entre otras cuestiones, qu ella FAO revise urgentemente su definición de bosque y deje de reflejar las preferencias de las industrias de la madera, pulpa y papel y caucho, y se haga eco de una nueva definición que refleje las realidades ecológicas, así como las visiones de los pueblos dependentes de los bosques.
En contraste con la actual influencia existente de la industria maderera y la industria de las plantaciones en la FAO, un proceso de elaborar una definición nueva y más apropiada de los bosques, debe involucrar de manera efectiva a aquellas mujeres y hombres que dependen directamente de los bosques.
Durante el Congreso Forestal Mundial de la FAO, que tendrá lugar en Durban, Sudáfrica, nosotr@s –un amplio grupo de movimientos sociales, ONGs y activistas – nos comprometemos a continuar incitando a la FAO y a todas las instituciones involucradas, para que inicien un proceso que conduzca a la formulación de una nueva definición de bosques, liderado por las comunidades de los bosques.
¡Definan los bosques por su verdadero significado!
Atentamente,
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